Las máquinas pueden hacer arte. Pero no pueden ser dueñas de él. Y aquí es donde muchos se están confundiendo.
Sin humano, no hay derechos de autor.
La ley acaba de ponerse más estricta. Y si tú eres creador, esto te afecta directamente. Hoy la IA está en todos lados. Pero la protección legal, no.
No basta con generar.
Todavía hay que crear.
La Oficina de Copyright en EE.UU. acaba de decirlo claramente:
• Si una obra fue creada solo por IA, no tiene protección legal.
• Es dominio público. Cualquiera puede usarla.
Sí, aunque la hayas generado tú.
Darle un prompt a una máquina no es suficiente.
La ley no lo considera creativo.
Entonces… ¿qué protege el copyright?
Protege la intervención humana.
Tus decisiones. Tu dirección.
Tu toque artístico sobre lo que la IA produjo.
La IA es como un pincel.
Y el pincel no es dueño del cuadro.
El artista sí.
Hoy hay tres escenarios posibles:
1. 100% hecho por IA: sin derechos.
2. Con intervención humana: hay chance.
3. Solo prompt sin dirección real: sigue sin calificar. Y esto no aplica solo al arte, también a marketing, software, publicaciones. Todo.
Tu contenido hecho con IA no es tuyo… si tú no hiciste nada realmente.
Por eso, como artista, como creativo, como productor o empresario… Necesitamos cambiar cómo usamos la IA. Y también cómo presentamos lo que hacemos con ella.
Muy pronto se viene otra parte del debate: El uso de música y obras con copyright para entrenar modelos y eso podría cambiar todo el juego.
Pero mientras tanto, te dejo esta reflexión:
Si aún quieres ser dueño de tu arte,
todavía tienes que crearlo realmente.
Porque la creatividad — la real —
sigue necesitando un toque humano.
